Como cada tarde, Carmen caminaba hacia el Puerto de Barbate para esperar a su padre que llegaba con su barca de pescar.
Carmen era una chica morena, con grandes ojos castaños, gran sonrisa y un poco curiosa.
Tenía un hermano pequeño bastante revoltoso. También tenía un perro blanco, al que adoraba.
Su madre se llamaba María y su padre Miguel. Tenían su casa cerca de la Playa del Carmen. Cuando ella se levantaba, veía el mar por su ventana y soñaba con grandes aventuras.
Cuando llegó al Puerto, su padre estaba descargando la pesca y le dijo que tenía una sorpresa para ella.
- ¿Qué es, papá?-preguntó Carmen.
- No lo sé, me lo he encontrado enredado en las redes. Parece un viejo cofre. Como eres tan curiosa, adivínalo tú.
Carmen cogió el cofre y vio que estaba todo cubierto de algas, corales, moluscos...
Le pareció bastante misterioso. Estaba deseando llegar a casa para limpiarlo y ver si se podía abrir para desvelar su enigmático interior.
Carmen pasó toda la tarde limpiándolo y descubrió en su superficie unos símbolos muy extraños. Parecían un jeroglífico, pero, de pronto, los símbolos le recordaron algo.
Ella se puso a pensar y entonces... ¡ Ya sabía donde los había visto antes ! La semana anterior había ido de excursión con su clase a San Ambrosio. Visitaron la ermita y El Palomar.
Carmen recordó que en una de las piedras de la ermita había visto unos símbolos que le llamaron la atención y éstos se parecían mucho a los del cofre.
Esa noche en la cama decidió que tendría que ir a esa ermita para comprobarlo y desvelar ese apasionante misterio...
Publicado por Barnbate Lee. IES Vicente Aleixandre en 11:03
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario